40 años
Esta semana se cumplen 40 años de la apertura de la primera pista de hielo de Jaca. Este texto ha sido publicado en la web www.ondasblancas.com.
El origen de la primera pista de hielo de Jaca parece una calculada mezcla de leyenda urbana y hechos constatables. En 1969 el entonces alcalde jaqués, Armando Abadía, viajó a Madrid para solicitar al Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, Juan Antonio Samaranch, una subvención para construir un polideportivo. “No tenemos dinero para nuevos polideportivos pero sí para construir un “campo de deportes de hielo”, le espetó el mandatario deportivo. Abadía, arrobado por la insólita oferta y echando mano de esa impulsiva e intuitiva forma de hacer política que caracterizaría su longeva vida pública, regresó a Jaca con una pista de hielo bajo el brazo. En ese momento en España sólo existía una; la de San Sebastián.
Después de muchas vicisitudes, y la firma de un empréstito para sufragar la mitad del proyecto (inicialmente iba a costar 16 millones de pesetas pero finalmente se fue a los 23 millones de la época), el 25 de marzo de 1972 se inauguró la flamante instalación diseñada por el arquitecto zaragozano Francisco Pérez Arbués. Aquella estructura que simulaba la cordillera pirenaica pronto pasó a formar parte indisoluble del paisaje jacetano y, gracias a la televisión, un icono de los incipientes deportes de invierno de nuestro país.
A los pocos días de aquella inauguración se creó, bajo la tutela municipal, el Club Hielo Jaca con una precaria estructura deportiva y un desbordante caudal de ilusión. La cándida inocencia de los inicios hizo posible lo que probablemente era inviable en los territorios de la sensatez. En tres meses se armó un equipo de hockey sobre hielo hecho con retales de aquí y de allá; con veteranos que se agarraban apresurados al último tren deportivo que les regalaba la vida y con jóvenes imberbes que despertaban a la adolescencia y también al fascinante mundo del hockey. Era un grupo heterodoxo y realmente extraño, en el que convivían varias generaciones que hasta entonces no habían tenido nada en común.
Detrás de ese forzado maridaje estaba el entusiasmo contagioso de un Armando Abadía en su plenitud política y vital, y de varias figuras imprescindibles en los primeros pasos del club y de la pista de hielo, como su primer jefe, Manuel Rivero, o el depositario del ayuntamiento, Eduardo Terrén. Y como en tantas otras ocasiones en Jaca, se recurrió al Ejército para coordinar aquel experimento tan improbable como emocionante. El general Gordo y los también militares Santamaría y Carrasco fueron los primeros entrenadores del equipo. No tenían experiencia alguna pero en sus habituales viajes a los Alpes para realizar cursos de instrucción habían presenciado algún partido de hockey y tenían conocimientos básicos de hockey sobre ruedas. En aquellos momentos eso era como poseer un doctorado.
Tres meses después, del 3 al 4 de junio, se improvisó en Jaca la que se considera primera Liga Nacional de la historia. Se enfrentaron el CH San Sebastián, CH Madrid, CH Valladolid, Real Sociedad y Club Hielo Jaca. La competición fue organizada por la Federación Española de Hockey Patines, a la que perteneció el Hockey sobre Hielo durante las primeras temporadas de vida. Varios jugadores del conjunto francés del prestigioso Viry Chatillon reforzaron todos los equipos. Para los almanaques quedará que la primera liga española de hockey sobre hielo de la historia la ganó la Real Sociedad, y que el Jaca quedó último sin ganar ningún partido. Pero la semilla estaba plantada y nada iba a impedir su crecimiento. También tendrá un pequeño hueco en la historia del club jaqués el jugador Agustín Blasco, autor del primer gol en una competición oficial. En aquel equipo destacaban sus dos porteros, Enrique Pérez y Fernando Mairal (los dos procedentes del CF Jacetano), Carlos Palacios, Juan Carlos Borau y Tino Mairal, al que muchos consideran la primera estrella local. Cuatro de ellos formarían al año siguiente parte de la primera selección española que disputaría dos encuentros amistosos con un combinado francés.
Aún tendrían que pasar algunos años para que llegaran los primeros extranjeros (no sería hasta la temporada 1979-80), pero en aquellos primeros experimentos de competición el Club Hielo Jaca contó con el refuerzo de algunos jugadores foráneos que ilustraron a los locales sobre los arcanos del nuevo deporte. El francés Patric Mavré, que había llegado a Jaca con la empresa que iba a instalar el sistema de frío, se quedó una larga temporada como profesor de patinaje. El norteamericano George Semler, que prolongaría su carrera en España hasta mediados los años 80, reforzó al equipo jaqués en los primeros Juegos de Invierno del Pirineo de 1973 junto a Joe Turner, Thomas McMillan, George Rivet, Roger Demment y Joe Cole. A finales de ese año el estadounidense Jay Riley asumió las riendas del equipo en sustitución del triunvirato Gordo, Carrasco, Santamaría. Las raíces estaban echadas pero nadie podía sospechar la fuerza con la que iban a arraigar. Diez años después el Jaca conquistó su primera liga con un equipo mítico (Capillas, Friyia, Tejerina, Longley, Luz, Barón…). El domingo ganaron la décima.