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Juan Gavasa

Lenguas

Lenguas

España está por inventar. España es un estado recostado en un diván en busca de su identidad. Una errante certeza geográfica carente de convicciones para consolidarse como una realidad identitaria y mental. España es un país con cuatro lenguas oficiales: el castellano, euskera, catalán y gallego. Todas son lenguas españolas. El Senado es la “Cámara de Representación territorial”, según establece el Artículo 61.1 de la Constitución, ese texto que constituye para algunos el dogma inviolable e infalible de nuestra democracia y para otros la elegía de un país irresoluble. Por lo tanto, lo ocurrido esta semana en el Senado no es más que la constatación de una indomable realidad, para ira de algunos, y la declaración de una valiosa riqueza cultural que es necesario proteger y fomentar.

            Cada vez que España intenta mudar sus hábitos para ser coherente con su realidad multinacional y plurilingüe, hay una parte de este país que saca los tanques a la calle para evitar la metamorfosis pendiente. Cada vez que intenta avanzar en el camino de la concordia entre pueblos, toca arrebato el centralismo castizo de siempre. Al modo de los numerosos monarcas españoles que se autoproclamaron a lo largo de la historia como reyes “de las Españas y las Indias”, lo ocurrido en el Senado es la expresión natural de un país cosido en los telares de la historia con hilo fino y poco tiento.

            Cuando estos días se ha recurrido al tendencioso y demagógico argumento del despilfarro que supone la traducción simultánea de las intervenciones en el Senado, se olvida conscientemente que este país tiene cuatro lenguas oficiales, tres de las cuales (vasco, catalán y gallego), son habladas por un 40% de ciudadanos españoles. Si ésta no es razón suficiente para justificar esfuerzos públicos tan razonables y escasamente gravosos para el erario público (supone el 0’7 del gasto anual del Senado), realmente tendremos que colegir que a los nacionalismos periféricos les asiste la razón en su conflicto de encaje en España.

            Lo que debería de ser una manifestación más de la riqueza cultural de este país, se utiliza desde el irredento nacionalismo español para azotar los fantasmas de la desvertebración y recuperar el melancólico “prietas las filas” en la defensa de una grande y libre. Detestar esta realidad plurinacional es en cierta medida negar la voluntad de convivencia y omitir algún derecho irrenunciable a aquellos ciudadanos españoles que se educaron en otra lengua diferente al castellano. Puede que sólo sea algo simbólico, pero símbolo es también la bandera por la que tantos consideraron a lo largo de la historia que era justo matar y honroso morir.

8 comentarios

Juan -

Digo hilo fino por lo debil de las costuras. Si nos referimos a las formas, efectivamente fue con hilo de saco de arpillera como bien dices. Yo también soy español, no tengo ningún complejo al respecto. Pero hay tantas cosas de este país que no me gustan que muchas veces no me reconozco en él. Pero supongo que me pasaría igual en cualquier otro país del mundo.

Besicos.

¿Te llegaron los carteles?

Inde -

Qué bonita esa frase: "un país cosido en los telares de la historia con hilo fino y poco tiento". Pero... ¿con hilo fino, tú crees? Más bien con hilo de saco de arpillera y aguja saquera. Yo no tengo nada en contra del concepto "España", es mi país, lo reconozco y me reconozco en él, así a grandes rasgos y sin especiales incomodidades. Pero...

Emilio -

Ejem, ejem.

Algún día. Las musas me abandonaron.

Un abrazo.

Emilio -

ejem, ejem.

algún día. Me abandonaron las musas tío.

Juan -

Emilio, ¿qué pasa con tu blog?

Emilio -

Se puede decir más alto, pero no más claro. Me quito el sombrero.

Juan -

Pienso, como tú, que el Senado no cumple con el fin con el que supuestamente fue creado, y nunca ha acabado de ser esa cámara de representación territorial que exprese el estado de las autonomías, tal y como se ha constituido. Pero si no es capaz de respetar ni siquiera la diversidad lingüística del país, difícilmente puede arrogarse otra representatividad.
Yo realmente no pienso que se haya creado un problema, simplemente se ha dado respuesta a una realidad. Los que defienden el castellano como única lengua vehicular y detestan los nacionalismos periféricos siempre encontrarán argumentos para criticar este tipo de medidas. Les ha venido de perlas la crisis económica para atacar por ese flanco. De manera demagógica, desde mi punto de vista.

¿Túnez? Uf... necesito más tiempo para escribir algo con sustancia. Pero, como bien dices, estamos ante un hito histórico en el mundo árabe.

Pilar Amparo -

Para mi lo que debería suprimirse es todo el senado (no tiene ningún sentido ni utilidad porque no cumple la función que dice tener, de representación de autonomías)
Por otro lado las lenguas se inventaron para entenderse y no para lo contrario. Yo soy una defensora del aragonés (lengua apenas reconocida, ni valorada por los mismos que la hablaban porque ya se han encargado otros de decirles que eso era "hablar mal")
Pero si todos nos ponemos a hablar en la cámara de representantes en otra lengua: valenciano, bable, aragonés, escribimos en andaluz... , en lugar de utilizar la lengua en la que todos nos entendemos lo único que conseguimos es un rechazo natural de los que no comprenden porque hay que poner problemas en donde no los hay.
Acabo de ver en un documental de "Paz y Solidaridad" de CCOO como matan inpunemente, hoy en día, a los que se atreven a meterse con UNION FENOSA
Pero mientras sigamos discutiendo por tonterias como cuanto cuesta un traductor, un vestido o si hay o no hay que poner piscina en la casa del presidente... estaremos dando la espalda a los problemas reales de los que nadie quiere hablar y que tanta responsabilidad tenemos desde nuestros cómodos sillones.
(cuatro estábamos viendo el documental, casi todas, mujeres)

Y de Tunez ¿no te animas a escribir?
Me parece un tema histórico y una verguenza más a la larga lista de incompetencias por omisión de la EU