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Juan Gavasa

Imagina

Imagina

La primera vez que vi en una revista la librería Selexyz Dominicaen de Maastricht recordé a John Lennon e Imagine: "Imagina que no hay países, no es difícil de hacer. Nadie por quien matar o morir ni tampoco religión". Una antigua iglesia dominicana del siglo XIII transformada en una moderna librería; la sublimación espiritual de ateos, agnósticos y nihilistas. No he tenido la fortuna de visitarla y sospecho que pasarán muchos años antes de que el tiempo y el dinero me permitan la petulancia de elegir Maastricht como destino de mis vacaciones. De momento, en mi inacabada lista de lugares que me gustaría conocer antes de morir no aparece en los puestos de privilegio. Aunque eso no significa nada porque albergo la triste certeza de que la gran mayoría de esos sitios tampoco los visitaré nunca. Los acojo en mi selectiva memoria y me recreo con la incierta posibilidad de su hallazgo. Ya se sabe que viajar con la imaginación no es más que otra forma de viajar.

Decía que la librería Selexyz me impactó cuando la descubrí en un suplemento de fin de semana de algún periódico español, no recuerdo cuál. Me atraen esos edificios que han mudado sus antiguos usos y lo han hecho sin sufrir ninguna atrocidad arquitectónica. Se han reinventado pero no han caído en el anacronismo. La Gare de Orsay en Paris es uno de esos ejemplos. Aunque en un ámbito más cercano siempre me pareció mucho más auténtico el restaurante que el párroco Leminyana montó en la sacristía de la Catedral de Roda de Isábena, o la casa de la cultura en que se transformó la antigua iglesia de Castejón de Sos.

Como veréis, en realidad lo que me llama la atención es la socialización de los templos religiosos y su conversión en toda regla, sin medias tintas. No hace mucho recordaba aquellas palabras de Bertrand Russell que se resumían en que la decadencia de la fe dogmática sólo puede hacer bien. Y el bien pasa por la educación, la información y la culturización de la sociedad en el más amplio sentido de la palabra. Se corre el riesgo de practicar la demagogia al defender que en cada iglesia se levante una biblioteca y en cada catedral una casa de la cultura. Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único.

2 comentarios

Juan -

De aquellos Tercios de Flandes llegaron estos lodos.

39escalones -

Eso sí es "un marco incomparable". Bien por Mastrique. Claro, que allí, afortunadamente para ellos, no tienen mucho peso los Hombres de Rouco.
Saludos