Cuando cantar es una caricia
Ana Fernández tiene una voz que atrapa. Sus registros son tan variados que difícilmente se le puede adscribir a un estilo determinado. Su voz es un instrumento más, un delicado artefacto que ella maneja con una sorprendente mezcla de delicadeza y fortaleza. Sabedora de un privilegio innato, difícilmente moldeable si no existe un valor natural, ella canta como si sostuviera sobre la atmósfera de sus conciertos cada palabra de cada una de sus letras. Su voz acaricia el sonido de la guitarra y transforma sus mensajes en un susurro, en un derroche contenido de talento que ella dosifica sabiendo que en los pequeños suspiros se almacena mejor lo bello. Luego están los jardines del Espacio Pirineos, un rincón que parece inventado precisamente para albergar conciertos como el de la noche del jueves. Difícilmente se puede encontrar un lugar más recógido y magnético. La sonoridad es perfecta y la atmósfera que genera invita a dejarse mecer por la música como si se tratara de canciones de cuna. Cuentan que Baltasar Gracián escribió en ese lugar a mediados del siglo XVI su popular obra "El Criticón". El aragonés era entonces un hombre desengañado de la vida y el cinismo del pesimismo dirigía su prosa. Aquellos muros, otrora convertidos en un encierro para el jesuita aragonés, inspirarían en noches como la del jueves otro verbo y otra visión de la vida, alejada de los conflictos morales que provocaron su caida en desgracia.
Uno de los populares aforismos de Gracián mil veces repetido es el de lo bueno, si es breve, es dos veces bueno. El concierto de La Bien Querida fue breve, apenas duró una hora, y durante este tiempo recorrió buena parte de las canciones que componen su primer disco "Romancero", al que la crítica ha recibido con una unanimidad de elogios. "Rock de Luxe" y "Mondosonoro" coincidieron en considerarlo el mejor disco español de 2009. Y el pasado año estuvo presente en la programación de dos de los festivales más importantes del calendario nacional, el FIB de Benicassim y el Primavera Sound.
El Ribagorza Pop Festival siempre se ha caracterizado por tener un olfato especial para reconocer la calidad de los valores emergentes. A lo largo de sus cinco años de historia ha apostado por formaciones minoritarias que poco después han dado el salto al gran público. Con La Bien Querida el Festival vuelve a acertar de pleno y proyecta la calidad indiscutible de una banda y de una cantante, Ana Fernández, que indiscutiblemente es una de las mejores voces del panorama español.
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