Sabino
Loquillo acaba de publicar nuevo disco en solitario y Sabino Méndez ha vuelto a escribir buena parte de sus canciones, como ocurrió hasta que en 1989 se tiraron los trastos y protagonizaron uno de los choques de trenes más devastadores de la historia del rock español. “Balmoral” es un excelente disco pero la noticia es que Sabino ha vuelto con el Loco. En 2005 se produjo el primer acercamiento cuando Loquillo y Trogloditas grabaron en Bilbao un directo para reeditar con EMI el “A por ellos...”, aquel mítico doble que forma parte de la leyenda musical de este país. Sabino volvió a subirse al escenario con ellos y de nuevo tocó su guitarra. Ese disco del 89 fue la cima de popularidad de Loquillo y la traca que encendió el fuego de un odio entonces irreconciliable. Incluso en aquella portada estaban todos menos Sabino.
En las cajas en las que conservo desde hace años recortes de prensa, artículos que en su día me parecieron interesantes o periódicos de fechas señaladas, guardo un artículo que escribió Sabino Méndez en 1989 en la desaparecida revista musical Boggie. Era el anuncio de su ruptura definitiva con Loquillo. Lo titulaba “El escenario está donde tú quieras”. Lo he ido a buscar hoy a esas cajas y después de hurgar durante un buen puñado de minutos lo he encontrado. Su inconfundible tono amarillento le delata. Llevaba escondido en esa caja casi 20 años.. Estaba junto a un ejemplar de El País del día que cayó el Muro de Berlín, otro del golpe de estado en la antigua URSS en 1991 que supuso el fin de la era Gorbachov y la irrupción de Yeltsin; guardaba otro de la inauguración de los JJOO de Barcelona, uno más con el fusilamiento de los Ceausescu en Rumanía en 1989... casi dos décadas de historia concentradas en trozos acartonados de papel amarillo de periódico.
No sé por qué guardé en su día ese artículo de Sabino. Recuerdo que me enganchó su sinceridad y su honestidad. Se iba del circo sin rajar, sin caer en la tentación de verter “toneladas de mierda sobre José María Sanz”. Había una poderosa razón que se imponía sobre el resto: “Loquillo y Los Trogloditas cada día eran más Loquillo y menos Trogloditas”. Fue su elegante forma de anunciar que ya no aguantaba más la soberbia y prepotencia del Loco, su manera de entender el negocio y su tendencia a oscurecer con su alargada sombra el brillo de los que le rodeaban. Sabino es el compositor de algunas de las mejores canciones del rock español. “Cadillac Solitario”, “El Rompeolas”, “El ritmo del garage” o “Rock and Roll Star” son muchos de los sonidos que gravitaron en nuestra adolescencia y nos proporcionaron los primeros referentes musicales. Cuando éramos los mejores, o creíamos serlo en pleno atracón adolescente, como me recordaba el otro día mi amigo Enrique. Para nosotros esas canciones fueron de Loquillo pero en realidad eran de Sabino. Siempre admiré esa discreta generosidad del compositor y su convencida condición de subalterno de la estrella.
Sabino decía en aquél artículo respecto a Loquillo que “tenemos un montón de criterios divergentes sobre multitud de cosas, pero siempre agradeceré a quien corresponda los ocho años tan divertidos que he pasado junto a él. Han sido muchos buenos momentos y nos complementábamos bien. Sé que Loquillo es muy odiado en ciertos ambientes por su especial idiosincrasia y no pienso darles munición a sus detractores. Creo que El Loco ha sido realmente importante para la música de este país y me enorgullezco de haber viajado junto a él”. Aun hoy me sigue admirando la elegancia verbal de su despedida, cuando otros en sus misma situación hubieran tirado de rodillo para machacar el mito odiado. Sabino no lo hizo, y es posible que por esa razón decidiera guardar hace 19 años su artículo, porque pensé entonces que algún día me serviría esa lección de honestidad e integridad en parecidas circunstancias.
Sabino no sólo hablaba de su marcha de Trogloditas. Los 80 se iban también y eran tiempos de reflexión ante lo que venía. Entonces ya lamentaba que la música popular no estaba en su mejor momento. “Esto de los grupos que empezamos en los ochenta ya ha llegado a un extremo desmesurado. Las presiones de la industria y del mercantilismo están llegando a extremos insoportables. La creación ya no es creación, sino masificación. Hay que hacer un disco al año para garantizarse las galas veraniegas”. Eso le escribía Sabino en 1989, cuando ni siquiera podía sospechar que no muy tarde llegaría internet y después O.T.
No sé si hay que leer con nostalgia estas líneas. Al fin y al cabo, de ellas nuevamente se deduce que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Vivimos en un eterno bucle. El pasado miércoles en el programa “La Ventana” de Gemma Nierga se reunieron Loquillo, Jaime Urrutia y Ariel Rot para conversar en el fantástico espacio semanal que tienen estos dos últimos. Tanta concentración de talento no podía decepcionar; y no lo hizo. El Loco habló de su reconciliación con Sabino y lo resumió con una frase cautivadora: “nos reunió la nostalgia. Necesitábamos saber que podemos seguir contando con los amigos de siempre, que son con los que hemos crecido”. Uuuffff
2 comentarios
arbues man quitau -
Os kiero.
obispo de binacua -