Pueblos con encanto
Está a punto de salir a la calle el nuevo libro que he escrito, en esta ocasión al tandem de Juan Gavasa se sube la periodista Ainhoa Camino. "Pueblos con encanto del Pirineo" de la editorial SUA de Bilbao. Os dejo a modo de avance la intro del libro. De paso sirve para paliar lévemente esta ausencia oceánica del blog. Llegarán mejores momentos para recuperar la producción.
Cualquier pretensión de oficializar una lista con los lugares más bellos, los monumentos más importantes o los paisajes más espectaculares de un territorio determinado será siempre un ejercicio de frustración y melancolía. El resultado final quedará sometido a la valoración de quien reciba la propuesta y éste generalmente adoptará una posición de incredulidad y desaprobación. La conclusión es clara: el criterio subjetivo del autor nunca se identificará plenamente con la sensibilidad de cada lector. Por lo tanto podríamos convenir que aventurarse en empresas tan inciertas como ésta puede ser un ejercicio de funambulismo periodístico, literario o viajero.
Pese a estas prevenciones que deberían de servir para persuadir a quien quisiera cometer tamaña osadía, lo cierto es que SUA Edizioak y los autores de este libro pensamos que existía un espacio bibliográfico y también incluso emocional para proponer un trabajo de estas características. Sin renunciar a las percepciones subjetivas del viajero y asumiendo la injusticia de cualquier recopilación, hemos recurrido a una fórmula editorial explorada con profusión en los últimos años para aportar a la extensa biblioteca pirenaica un libro que mezcla la vocación turística, la patrimonial, la histórica y también la social.
“Pueblos con encanto del Pirineo” recoge cerca de 70 localidades de ambas vertientes de la cordillera. El criterio de selección es responsabilidad única y exclusiva de los autores y de la propia editorial. Se fundamenta en un profundo conocimiento del Pirineo, en una larga trayectoria periodística y editorial vinculada a la cordillera y en el afán por afrontar cada nuevo trabajo como si se tratara de una oportunidad única para sorprender al lector con desconocidos lugares del territorio.
Es decir; nos ha guiado el mismo entusiasmo de quien se adentra por primera vez en una región ignota, desprovisto de prejuicios, abierto a la fascinación y con la capacidad intacta para recibir nuevos estímulos. Hemos intentado realizar este libro desde la posición virginal del explorador, buscando lo bello e interesante por encima de cualquier otra consideración. Bien es cierto que la belleza es una condición subjetiva y que, por lo tanto, está sometida a la consideración íntima de cada individuo, en este caso lector. Así es que en este libro habrá notables ausencias y quizá dudosas presencias. Pero estamos completamente seguros de que cada uno de los pueblos que aparecen en estas páginas guarda una razón para ser visitado.
A veces es su valioso patrimonio arquitectónico. Otras, la importancia histórica y artística de su iglesia. En ocasiones es la privilegiada ubicación del lugar y también los paisajes que lo rodean. Y en muchos casos, simplemente, el primoroso estado de conservación de su casco urbano o su capacidad de regeneración.
La segunda mitad del siglo XX fue un tiempo de convulsiones en el Pirineo. La crisis del mundo rural y el éxodo masivo a las ciudades precipitó el fin de un modelo de vida y de una cultura milenaria que fue golpeada brutalmente por los cornetas del desarrollismo. Lo que se había mantenido en pie durante siglos se desmoronó en pocos años. No sólo cayeron casas e iglesias, sino también la autoestima y un universo de tradiciones que se perdía en la noche de los tiempos.
En el inicio de la segunda década del siglo XXI, cuando el Pirineo parece haber recobrado parte del pulso perdido, es necesario recordar de dónde venimos para dimensionar adecuadamente el valor de lo que conservamos y de lo que tenemos. Nuestros pueblos representan con meridiana claridad aquello que perdimos y todo lo que hemos intentado recuperar. Parece un milagro que muchos lugares permanezcan en pie, con constantes vitales, si recordamos que no hace mucho rozaban el umbral de la desaparición, de la muerte biológica.
Por eso este libro es también una pequeña reivindicación del patrimonio pirenaico. La belleza puede estar escondida en los lugares más recónditos e insospechados. Obligación de todos es rastrear y buscarla para dar valor a aquellos pequeños detalles que representan tanto como la más formidable de las catedrales. Este compromiso es el que nos ha guiado igualmente a la hora de realizar el libro. Y en la elección de los pueblos hemos buscado en muchas ocasiones la fuerza de la impronta pirenaica, el rastreo del carácter cultural que se mimetiza en su arquitectura popular, en el uso de los materiales tradicionales o en la conservación de los elementos que representan los modos de vida perdidos.
Las evidentes limitaciones de un libro exigen un doloroso trabajo de purga. Somos conscientes de que han quedado muchos pueblos con encanto fuera de estas páginas. Pero el libro es, ante todo, un ejercicio de estímulo y sugestión; una invitación a que el lector visite el Pirineo guiado por la belleza de los pueblos que se proponen, pero abierto a conocer otros lugares que a buen seguro encontrará en el camino. Por eso los textos son pinceladas, en ocasiones de trazo grueso, que quieren sugerir más que detallar. No se trata de una guía turística al uso ni de un catálogo de monumentos a visitar. Son las impresiones del viajero descritas con la vehemencia necesaria para contagiar el espíritu del viaje y el anhelo del hallazgo. La belleza como excusa para conocer el Pirineo.
2 comentarios
Juan -
Pili A. -
Enhorabuena. Les echaremos un vistazo a esos pueblos con encanto que seguro que hay muchas cosas todavía por aprender de ellos
Pili
Pd.-Tenemos que hacer una quedada blogera con los dos blogueros de menos produción en el mundo mundial: tú y Emilio. Tenemos una café/caña pendiente...