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Juan Gavasa

Mediano, la memoria ahogada

Mediano, la memoria ahogada

“Mediano. La memoria ahogada”, es un excelente documental producido por Aragón TV y dirigido por la periodista Maite Cortina y el realizador Roberto Roldán. La historia de Mediano es una de las más terribles y dramáticas de cuantas pueden ser contadas en la gran ignominia que fue la política hidráulica española del siglo XX.

Combinando eficazmente las secuencias de ficción y el formato convencional de documental, “Mediano. La memoria ahogada” no aspira tan sólo a plasmar con tono de elegía  el drama de los afectados por el embalse que anegó el bello pueblo del Sobrarbe. El criterio periodístico de Maite Cortina, hija de Mediano, se percibe consecuente detrás de la narración en la búsqueda del rigor de los datos objetivos.

Aunque es justificable la tendencia a la melancolía y la enfatización de la gran injusticia humana, existe un admirable interés por buscar todos los ángulos de la historia, aunque algunos de estos resulten incómodos e insoportables. Pero es obligación del buen periodista buscar la verdad y ampliar al máximo el zoom para captar todos los matices que ofrece una noticia. Y en el documental se consigue a base de dar voz a un buen puñado de protagonistas directos e indirectos de aquella barbarie, que nos remite a otra sociedad y a otro país en el que la vida de sus ciudadanos valía tanto como las tasas oficiales por expropiación.

Sorprende (aunque a estas alturas no debiera), la frialdad con la que el funcionario circunspecto se agarra a la letra de la ley, bosquejando argumentos para justificar decisiones que por su repercusión irreversible deberían pertenecer al ámbito de los derechos humanos. Quien no conozca la historia de Mediano debería de saber que un lluvioso 29 de abril de 1969, cuando todavía quedaban 6 familias habitando en el pueblo, un ingeniero de la Confederación Hidrográfica del Ebro ordenó cerrar sin aviso previo las compuertas de la nueva presa. En pocas horas el vaso del pantano comenzó a inundarse y los aterrorizados vecinos que resistieron hasta el final tuvieron que huir con el agua en las rodillas dejando atrás casi todas sus pertenencias.

El documental intenta averiguar las razones y los responsables de aquella salvajada, aunque lo hace como parte del trabajo periodístico de reconstrucción de la historia; nunca como debilidad revanchista. No es el eje de la narración. Los responsables del documental se apropian de aquellas palabras de Juan de Mairena que recordaba hoy el periodista Miguel Ángel Aguilar, “no hay manera de ver las cosas sin salirse de ellas”, y trazan el contexto histórico en el que se produjo la aniquilación de Mediano.

Para ello es fundamental la aportación del profesor de la Universidad de Zaragoza, Perico Arrojo, quien insiste en un argumento expuesto en otras muchas ocasiones: “detrás de las políticas hidráulicas del franquismo justificadas para alimentar a la población estaba el interés de las grandes constructoras en fomentar las faraónicas obras hidráulicas”. Aterra comprobar que ese mismo argumento sigue vigente cuarenta años después, en plena democracia, con otros proyectos de similar impacto como el recrecimiento de Yesa o Biscarrués.

En aquellos años de plomo se reivindicaba la figura de Costa y su afán regeneracionista de manera demagógica e interesada, para justificar grandes obras que principalmente beneficiaban a las poderosas empresas constructoras. Como apuntaba acertadamente el periodista Julio Alvira, Costa “pedía pantanos para que pudieran comer los pobres”, pero nunca pensó en ellos como parte de una estrategia de desarrollo económico basada en el fomento del hormigón. Siete llaves al sepulcro de Costa.

Arrojo recuerda que a finales de los años 50 se decidió triplicar la capacidad de Mediano con el objetivo oficial de ampliar la zona de regadío de Monegros. Sin embargo, al tiempo que se ampliaba el tamaño del embalse se reducían los terrenos regables siguiendo políticas agrícolas de racionalización de los cultivos. En resumen; los grandes pantanos beneficiaron principalmente a las grandes empresas de la construcción. Mediano se inició en plena República, se paralizó durante la Guerra Civil y en 1941 se retomó de la mano de la recién creada compañía Dragados y Construcciones. ¿Les suena?

“Mediano. La memoria ahogada” es un documental necesario para que los aragoneses conozcamos un desconocido recodo de nuestra historia más reciente. Es necesario para recuperar el drama humano, para desmitificar la absurda y superada defensa de la política hidráulica franquista y, principalmente, para recordar a las nuevas generaciones el inmenso sacrificio que realizaron los pirenaicos durante el siglo XX. Un sacrificio que causó profundas desestructuras sociales, económicas y morales. Un sacrificio que todavía no ha sido compensado.

5 comentarios

Juan -

Gracias compañeros. Cualquier gesto es necesario.

Asociación Río Aragón -

Magnífica reseña, Juan.
El documental se puede ver en nuestro canal de Youtube
http://www.youtube.com/user/rioaragon?feature=mhum#g/c/16DF0E30C4D8E967

Emilio José -

yo estoy por cogerme una lata de gasolina un día de estos o una escopeta de postas, si yo os contará:

movilizacionesjuslibol.wordpress.com

http://firmemos.com/reforjuslibol

http://www.facebook.com/group.php?gid=160131277338531

Y si os cuento de la censura en Heraldo, El Periodico de Aragón y sobre todo la televisión autonómica ya flipamos.

Juan -

Sí, ya hemos hablado muchas veces de esta democracia impostada en la que vivimos, donde los poderosos de siempre siguen marcando el ritmo. Como estamos comprobando en esta interminable crisis económica. Desde luego, con Yesa el estado ha mostrado su perfil menos democrático.

Pili Ortega -

Un sacrificio que, no solo no ha sido compensado, si no que nos siguen exigiendo
Tristemente no esta superado
Y lo más lamentable, hay altenativas mejores en todos los sentidos (económico, social, medio ambiental...) que no se contemplan porque no tenemos un lobi como las grandes construtoras...
Lo último 1000 € de multa (al final 500) por asistir a una concentración en protesta del pantano paralizado de Biscarrués.
Es difícil, a veces, seguir confiando en las instituciones democráticas cuando se siguen empeñando en dar la razón a los mismos que cuando no había democracia.
Pero confiaremos y estaremos alerta, ¿qué remedio nos queda?
Saludos y gracias por tu regreso