Adios Labordeta
Quería escribir hoy de Labordeta en mi regreso al blog. Pero no sé qué escribir. He leído tanto y tan variado en estas últimas horas que me siento incapaz de aportar algo valioso al canto unánime y desgarrador de quienes le admiramos e incluso de quienes le detestaron. Sorprende el respeto con el que le han tratado en sus obituarios incluso los medios de la derecha ramplante española.
Salvo alguna lamentable excepción, la brunete mediática ha dejado las ideologías a un lado y han valorado el perfil humano e intelectual de Labordeta. Han puesto el acento en el hombre bonachón, sencillo y cercano, asumiendo incluso que sus famosas andanadas en el Congreso fueron el grito frustrado del ciudadano humilde, en el que se sintieron identificados hombres y mujeres de todo el país.
Miguel Mora en El País escribió:
“Labordeta fue la voz de una tierra callada. La voz de Aragón, lugar de miseria, emigración y soledad, tierra baldía y náufraga que con él, que como Buñuel fue un aragonés de mirada muy larga, volvió al mapa por la puerta grande de la libertad”.
(…)
“Habrá un día en que todos agradezcan a Labordeta los servicios prestados a este país de sordos voluntarios. Entretanto, los jóvenes que no le hayan oído todavía deben saber que hubo pocos cantautores menos plastas que él, porque sumaba a la hondura de sus himnos la gracia irresistible del pop agrícola pirenaico”.
Confieso que lloré el domingo. Aragón TV ofreció un excelente documental dirigido por el periodista Pablo Carreras, hijo del inolvidable profesor Juan José Carreras. Fue un documental elaborado en los últimos meses, cuando la inminencia de la muerte de Labordeta obligaba a realizar el doloroso trabajo periodístico de hablar en pretérito sobre alguien que todavía no se había ido. Una anticipación a la muerte cuando ésta se vislumbraba al fondo.
Hay palabras huecas que suenan a compromiso en el momento de la muerte. Es reconocible el eco de la nada, los discursos alambicados construidos para ocultar que no hay mucho que contar. Con la muerte de Labordeta hay una lengua de dolor que cubre todo Aragón; en realidad Aragón es la metáfora de la que se sirvió Labordeta para clamar contra la injusticia, la opresión y la falta de libertad. Por eso un viento de pena sincera recorre el país, porque en el fondo todos queríamos ser como Labordeta; libres, sencillos, honestos y queridos. Hombres y mujeres sin banderas. Ciudadanos.
9 comentarios
Juan -
Inde -
grosem -
No tengo el placer de conocerte. Quería decir a petición de Juan... Los posesivos "me confunden", como decía el otro poeta
Emilio -
saludos.
Juan -
Como cuentas, mucha gente de fuera de Aragón escribe para dar el pésame como si se tratara de un familiar fallecido. Su calor no tuvo barreras, ni físicas ni generacionales, como bien dices...
grosem -
Ha sido alucinante lo cercano que lo sentía la gente. Los pitufos, en casa, cantaban de manera espontánea los primeros versos del "Canto a la libertad" cuando lo veían en la tele estos días. Si hasta a ellos les ha llegado el calor, es que era mucho más importante de lo que creíamos...
Si Emilio guarda el autógrafo de Paco Ibáñez, yo conservaré como una reliquia el libro que me dedicó (y que, por cierto, lo hizo a petición tuya)
Somos...
Emilio -
Lo del abuelo es algo que quedará para la historia, ha puesto en alza un valor, el del hombre justo, bueno y con valores que tanto escasea en el panorama político actual. Ójala sirva para que la ciudadania, tanto de izquierdas como de derechas, reclame esto de nuevo en las cortes. Labordeta debería haber estado en las de Cadiz, donde de verdad había políticos ilustrados y no está panda de borregos de ahora.
In memoria aeterna erit iustus
Juan -
Yo no he podido estar en Zaragoza pero me emocioné al ver por la tele la masa humana en la Aljafería y cuando todos, incluidas sus hijas y Juana, se pusieron a cantar el "Canto a la libertad". En fin... se ha ido la conciencia de Aragón, la conciencia de la izquierda española. Se ha ido un buen hombre. Imprescindible.
Emilio -
Me gustó mucho el que escribió Jimenez Losantos también de despedida y vomitivo lo de Salvador Soastres en ese periodiquillo en el que se ha convertido El Mundo.
Muchas de esas imagenes del documental fueron grabadas por mi hermana. Tengo un autógrafo de Paco Ibañez que le pidió para mí tras la entrevista. Sabía desde hacía meses la cercanía de la muerte del Abuelo y aun así no pude sino llorar el domingo por la mañana cuando lo supe, como he llorado en otras ocasiones durante estos días. Especialmente en el emotivo encuentro en la Aljafería con los dulzaineros tocando Aqueras Montañas, el Himno de Riego o incluso arremojate la tripa.
Igual que lloré en la universidad, en los años de Teruel Existe, trasvases y aznarismo radical, cuando en un mitin en el teatro de teruel cogió la guitarra para cantar.