Titiriteros
Pirineos Sur cerró este domingo su decimoctava edición pensando en el futuro. El fin de fiesta corrió a cargo de la compañía aragonesa Titiriteros de Binéfar, que presentó en directo su nuevo disco “Es un pañuelo”. Cerca de 1.000 personas –la mayoría niños acompañados de sus padres-, disfrutaron de lo lindo bajo un sol de justicia de un espectáculo trabajado y ensayado a conciencia. Paco Paricio y Pilar Amorós llevan tres décadas haciendo disfrutar a los más pequeños, saben cuáles son los códigos que utilizan los chavales, conocen sus gustos y lo que les entusiasma. Tienen una envidiable habilidad para conectar con ellos y transmitirles la pasión por la música y el teatro. Titiriteros son especialistas en conseguir que los niños esbocen una sonrisa y compartan con sus padres un momento que en realidad es tanto de los pequeños como de los mayores. El espectáculo que presentaron en Pirineos Sur así lo demostró.
La decisión de cerrar esta edición con un espectáculo de corte familiar tiene una doble vertiente: por un lado se amplía la oferta cultural para que pueda sentirse identificado todo el mundo, y por otro se sientan las bases para que los ahora niños sean en unos años nuevos espectadores de los conciertos de Pirineos Sur. Este domingo daba gusto ver disfrutar a los más pequeños en el flamante auditorio de Lanuza, un escenario que ha dado probada muestra de sus enormes posibilidades y de su indudable versatilidad.
Titiriteros de Binéfar repasaron durante casi dos horas todas las canciones de su nuevo disco, un concienzudo trabajo que recoge canciones infantiles tradicionales y otras de nueva creación. Los Titiriteros han rescatado incluso temas de México o Argentina, y en el concierto de Lanuza incorporaron además como grupo invitado a la compañía colombiana “Teatro Comunidad”. El escenario se quedó evidentemente pequeño para acoger todo el montaje del grupo, en el que sobresalía el teatro para los espectaculares y bellos títeres, construidos especialmente para las dimensiones del auditorio tensino. A lo largo de la actuación pasaron más de 30 personas, una puesta en escena tan formidable como las que nos tiene acostumbrados el grupo binefarense. Hubo grandes momentos durante la actuación; el más emotivo probablemente fue el que protagonizó el coro de niños de la Escuela Pública de Binéfar.
Como suele ser habitual en los espectáculos de Titiriteros, el público acabó formando parte del mismo contagiado por el espíritu de torrencial alegría y optimismo que destilan los artistas. Grandes figuras animales irrumpieron en escena mientras desde las gradas varios figurantes manejaban originales elementos que prolongaban el escenario hasta el último rincón del auditorio. El espectáculo en estado puro. Eran las múltiples sorpresas que el grupo ya había anunciado el día anterior, incluidas las tracas y los globos que transportaron por el límpido cielo del Valle de Tena (esta vez sí), a algunos de los títeres. Imaginación a raudales, colorido y alegría sin límite. Una gran producción de Titiriteros que seguro tendrá largo recorrido una vez presentada en Pirineos Sur.
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