Sephira
Ayer llegó Karen, la divertida mujer de Tony, mi cuñado. Ella es irlandesa y, por lo tanto, amante de las conversaciones interminables, el buen vino y la diversión. Los irlandeses y los españoles nos parecemos mucho, aunque sigo envidiando de ellos que tuvieran a Phill Lynot, Gary Moore, los primeros U2, Sinead O’Conor y tantos otros. Estuve en Dublín en diciembre de 2005 y por razones laborales tuve el privilegio de asistir en directo a un concierto privado del terceto Sephira, una maravillosa formación compuesta por la vocalista y violinista Joyce Oleary, su hermana Ruth Oleary y el pianista Colm Henry.
Varados en la mejor tradición musical irlandesa, su sonido de formación académica se enreda entre voces angelicales y el fondo aterciopelado de unos violines que no suenan; susurran y acarician. La belleza melancólica, casi gótica, de las dos hermanas provocó un efecto hipnótico entre los que aisistíamos embelesados al hallazgo. Parecían pintadas por Modigliani. Sephira es la auténtica expresión de lo exquisito, me temo que lo que alguna vez pretendieron sólo en su ensoñación otros irlandeses y otras hermanas, The Corrs. Nada que ver, salvo la belleza de ellas.
Ayer volvimos a escuchar a Sephira en honor de Karen.
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oroel -
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