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Juan Gavasa

“Sin Internet hace tiempo que habría dejado de ser periodista”

“Sin Internet hace tiempo que habría dejado de ser periodista”

La revista española Trece Bits, especializada en periodismo 2.0 y Redes Sociales y dirigida por el periodista Manu Moreno, me entrevista esta semana. Hablamos de los retos de la profesión, la crisis y el impacto de las redes sociales en nuestra manera de trabajar

Juan, ¿corren tiempos tan difíciles para la profesión como nos cuentan?

No nos lo tienen que contar, lo estamos viviendo y sufriendo. El periodismo tal y como lo conocimos se encuentra en mitad de la tormenta perfecta, rodeado por tres crisis a cuál más agresiva: la económica, la editorial y la digital. Sabemos lo que hemos dejado atrás pero creo que no tenemos ni idea de lo que nos espera por delante. Han cambiado los hábitos de consumo de información y se ha terminado con el binomio tradicional del periodismo industrial formado por productores (periodistas) y consumidores (lectores). Sin embargo estoy de acuerdo con algo que decía el otro día Manuel Jabois; la situación es dramática para los periodistas y para el periodismo pero nunca antes había sido tan fácil montar un medio de comunicación como ahora. Ya no se necesitan ni grandes estructuras empresariales ni inversiones formidables para crear un medio con aspiración de viabilidad, visibilidad e influencia. Este es el nuevo escenario que debemos intelectualizar.

¿Cómo ha cambiado Internet y las redes sociales el periodismo?

Yo creo que lo ha cambiado de arriba abajo, le ha dado unas cuantas volteretas y lo que ha salido de esa agitación es una nueva era. Lo explica muy bien el periodista argentino Pablo Mancini cuando dice que ya no hay lectores sino personas conectadas. Es eso. Y tengo la impresión de que una parte muy importante de nuestra profesión no ha aceptado todavía este cambio y, lo que es peor, no lo ha entendido. Ante el cambio de paradigma ha reaccionado con el desprecio típico del que en realidad tiene miedo a los cambios y a lo desconocido. Y por eso circula tanto esa idea que a mí me parece maniquea de que internet y  las redes sociales están acabando con el periodismo. Es cierto que ha a acabado con un modelo de negocio pero el periodista va a seguir siendo determinante en las sociedades democráticas. Nuestro reto es encontrar acomodo en este nueva era y en los nuevos procesos de producción de la información.

¿De qué manera te ha ayudado a ti Internet en tu trabajo?

Me atrevería a decirte que sin internet hace tiempo que habría dejado de ser periodista. La inmensa mayoría de los proyectos en los que he trabajado desde hace 18 años han estado relacionados con lo digital y fueron viables gracias a internet y a las posibilidades que nos ofrecía para trabajar con profesionales que estaban a miles kilómetros de distancia. Pirineum, la empresa que cofundamos cuatro socios en 1996, se encuentra en Jaca, una pequeña ciudad del Pirineo aragonés. Esta circunstancia geográfica habría hecho inviable la empresa, tal como la concebimos, a principios de los 90. O tendríamos que haber reducido nuestro mercado al ámbito local, limitando nuestra ambición y crecimiento. Pero internet nos ha permitido trabajar desde un lugar tan pequeño para clientes de toda España y desarrollar proyectos transversales de carácter internacional.  Internet ha hecho irrelevante la geografía.

¿Y las redes sociales?

Yo he tenido una relación de amor odio con ellas hasta que llegué a Toronto. Hasta entonces había sido un observador bastante escéptico y distante de las redes sociales pero aquí descubrí que en realidad mi escepticismo era consecuencia de mi falta de reciclaje. Al llegar a un nuevo país y encontrarme con que tenía que reinventarme y construir nuevamente mi identidad profesional, entendí que el mejor camino era la creación de una identidad digital. Las redes sociales son las que me han permitido crear mi networking en Toronto y penetrar paulatinamente en un mercado desconocido y a veces hostil. Hablando desde un punto de vista profesional, plataformas como Twitter, LinkedIn o Google+ son un fenomenal escaparate de nuestra marca personal que pueden generar, si se acierta a utilizarlas adecuadamente,  interesantes réditos.

¿Cómo las utilizas?

Te diré que soy bastante anárquico, nada metódico. Hago poco caso a las recomendaciones de los expertos en redes sociales; ni planifico ni filtro ni elijo los horarios supuestamente de mayor tráfico. Las uso de forma espontánea, bastante emocional,  pero es verdad que de forma muy constante. Soy muy activo en Twitter, que me parece una herramienta fundamental para el periodista y una fuente de información muy útil; LinkedIn es quizá la que ofrece resultados más tangibles si se usa con rigor. A mí es la que más me ha ayudado profesionalmente desde que llegué a Canadá. En Google+ participo en un grupo de periodismo, dirigido por Pau Pallop, bastante activo e interesante para compartir proyectos, ideas y reflexiones sobre nuestra profesión. No uso Facebook.

¿Se está aprovechando todo su potencial?

Si te refieres a los periodistas, hay estadísticas muy interesantes sobre el número de periodistas en España que hace un uso activo de redes como Twitter. Muchos tienen cuentas porque hay que estar pero apenas generan actividad. No sé, a mí las redes sociales me han permitido conocer a periodistas interesantísimos o seguir a pensadores, historiadores, escritores o gente de un valor profesional extraordinario.

Sin embargo, mantengo intacto mi escepticismo hacia algunos autoproclamados expertos en social media, en los que veo la misma impostura del charlatán de siempre. Sospecho de muchos de los que se dedican a divulgar supuestas claves de obligado cumplimiento para triunfar en las redes sociales. Hay mucho postureo, que se dice ahora, y bastante vendedor de humo, demasiada palabrería. A veces no puedo evitar una carcajada cuando leo algunos de esos consejos que se podrían resumir en algo más sencillo y que, es en definitiva, lo que ha explicado siempre el periodismo: sentido común y rigor en todo lo que se hace.

¿Tienen futuro los nuevos periodistas?

Los periodistas van a tener futuro siempre; lo que ya no sé en qué condiciones laborales, este es el verdadero drama. Como decía antes, la profesión va a seguir siendo fundamental como contrapeso del poder. En la era postindustrial los grandes grupos mediáticos, la mayoría en manos de sus acreedores, van a perder influencia en beneficio de nuevos medios independientes y de estructuras mucho más pequeñas. Lo estamos viendo en España con Diario.es, Infolibre o La Marea, todos ellos nutridos por periodistas rebotados de los EREs de El País, El Mundo o Público. En este nuevo escenario el periodista va a tener el mismo protagonismo e influencia de siempre si se sabe especializar y si sabe ofrecer información independiente y de calidad, que es precisamente de lo que cada vez adolecen más, desde mi punto de vista, las grandes cabeceras españolas. Pero me temo que en términos de dinero,  las condiciones laborales no van a ser en el futuro uno de los atractivos de la profesión. La precariedad del empleo me parece un hecho irreversible, uno de los efectos más palpables de la crisis del sector.

¿El futuro está en emprender?

El futuro, el pasado y el presente. Siempre ha sido una opción pero ahora es una solución. Con las dramáticas tasas de paro en la profesión o te buscas la vida o ya nadie te va a ofrecer un contrato que te permita ejercer la profesión con dignidad. Eso sólo se va a encontrar en el emprendimiento.

Tu mismo montaste tu propia agencia de comunicación… pero eran otros tiempos. ¿Hoy día lo harías?

Fue en 1996 y me parece que las razones que nos llevaron a crear nuestra propia empresa siguen vigentes hoy. Entonces no veíamos claro nuestro futuro trabajando para un medio de comunicación convencional y teníamos ideas que sabíamos que sólo serían realizables si las hacíamos nosotros mismos. Es verdad que éramos muy jóvenes y bastante ingenuos e ignorantes pero esa mezcla de candidez fue la que nos lanzó, sin ella nos hubiera atrapado el miedo. 18 años después Pirineum es una realidad consolidada. ¿Si lo haríamos hoy? Sin duda. De hecho, tener una empresa supone emprender cada día.

Desde 2011 estás ubicado en Toronto… ¿cuál fue el motivo de hacer las Américas? (si fue profesional) Es una opción para los periodistas españoles salir a ejercer su profesión fuera?

Me vine a Toronto por razones personales pero éstas afectaron evidentemente a mi trabajo. Por suerte pude seguir desarrollando desde aquí proyectos para España y desde septiembre soy Redactor Jefe de Panamerican World, una plataforma de noticias digital y bilingüe dirigida desde Canadá a Estados Unidos y Latinoamérica. Salir fuera de España siempre es una opción pero yo me veo incapaz de recomendar a nadie que lo haga. Creo que es un error hablar de la emigración con la frivolidad con la que a veces veo que se hace desde España, casi siempre desde un profundo desconocimiento. Es una experiencia personal e intransferible, detrás de cada emigrante hay una historia diferente y unos procesos de adaptación que no siempre fructifican. La emigración es una alternativa pero no una solución. Programas como “Españoles por el Mundo” creo que han hecho un flaco favor porque han transmitido la falsa idea de que el que emigra triunfa, como si el simple hecho de poner tierra en otro país acabara con los problemas que se dejaron en el nuestro. Pero es evidente que ante la crisis de España hay otros países con economías más saludables que pueden ofrecer las oportunidades que ahora no ofrece el mercado laboral español. Canadá es uno de esos países pero no precisamente en el campo de la comunicación.

Hace 10 años una compañera de trabajo que vivía en Canadá me comentó que allí lo que “se llevaba” era el networking (cuando aquí ni sabíamos qué era eso). ¿Cuáles son las nuevas tendencias profesionales que puedes tú advertir allí?

No sé cómo eran las cosas en el ámbito laboral hace 10 años en Canadá pero sospecho que no han cambiado mucho. Cualquier empleador o experto en “work shop” te advertirá de que para entrar en el mercado laboral canadiense es casi obligatorio superar dos importantes obstáculos: poseer la dichosa “experiencia canadiense” y poseer una buena red de contactos o “networking”. De hecho se sabe que sólo el 25% de las ofertas de trabajo se divulga públicamente a través de los canales habituales (prensa, internet, bolsas de empleo, agencias de colocación…). El resto se difunde a través de las redes de contactos y relaciones personales. Es un porcentaje altísimo. Eso significa que 3 de cada 4 ofertas de trabajo no son visibles públicamente y solo es posible acceder a ellas a través de una buena red de relaciones.  El mercado canadiense es mucho más dinámico y activo que el español, aunque en el campo de la comunicación detecto los mismos problemas de precariedad y la misma sensación de desconcierto ante el futuro. “Toronto Star”, el diario de mayor tirada de Canadá, regala diariamente sus ejemplares en todos los centros públicos del país y “Globe & Mail” y “National Post” han iniciado experiencias de “pay wall” de incierto resultado que tienen todo el aspecto de una huida hacia adelante. Hay experiencias digitales muy interesantes basadas en narrativas multimedia pero creo que en España se está trabajando al mismo nivel creativo y tecnológico.

Si pudieras elegir… ¿De qué noticia te gustaría informar?

Pues no lo sé… me gustaría informar de la entrada en prisión de algunos de los responsables de esta crisis económica, de todos los que se han ido de rositas con los bolsillos llenos. Me gustaría informar de que hay justicia, de que existe y es igual para todos.

La entrevista en http://www.trecebits.com/2013/12/23/sin-internet-hace-tiempo-que-habria-dejado-de-ser-periodista/

1 comentario

Pili Amparo -

O sea, que no nos vamos a Canadá...
Yo, en cualquier caso, tengo una visita pendiente a la isla del Príncipe Eduardo
Espero q algún día llegue a cumplirla

Pd.- tengo muevo Emilio (cualquier día te escribo y te cuento algo sobre el Primer Viernes de Mayo)
Pili A. Ortega