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Juan Gavasa

La Transición

La Transición

Artículo de Vicenç Navarro (Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra) en Público

Una de las concepciones más extendidas en los círculos políticos y mediáticos de mayor influencia y difusión en España es que la Transición de la dictadura a la democracia fue modélica. Liderada por el monarca, tal Transición dio como resultado –según esta versión– una democracia homologable a cualquier otra democracia existente en Europa, lo cual se consiguió sin mayores convulsiones en las instituciones políticas, económicas, financieras y mediáticas del país. El supuesto éxito de tal proceso explica que se haya querido incluso exportar este modelo de Transición a otras dictaduras que estaban bajo presión para que se transformaran en sistemas democráticos. Varias veces, el ministro de Asuntos Exteriores ha sugerido a dictaduras en declive, y a sus opositores democráticos, que tomaran la Transición española como punto de referencia.

La misma concepción que valora la Transición española como modélica (elemento fundamental de la sabiduría convencional existente en el país sobre aquel proceso), también considera ejemplar el compromiso adquirido por las fuerzas políticas mayoritarias de no hurgar en el pasado. Es decir, olvidarse de las enormes violaciones de los derechos humanos, predominantemente realizadas por las fuerzas golpistas en contra de un sistema democrático, olvido que se defendía y continúa defendiéndose como necesario para construir el futuro. Parte de este objetivo asumía que los definidos como los dos bandos del conflicto civil eran igualmente responsables de lo acaecido y que, por lo tanto, era mejor cerrar cuentas y olvidarse de lo ocurrido. De esta concepción deriva la Ley de Amnistía, en que todas las violaciones quedaron amnistiadas, ley que se considera determinante para que ocurriera la Transición, supuestamente modélica. Hay que señalar que, aun cuando las derechas fueron las que promovieron esta versión de la Transición, muchos elementos importantes fueron también asumidos por grandes sectores de las izquierdas, lo cual contribuyó a que tal percepción se reprodujera casi como un dogma.

Tal dogma, sin embargo se basó en una falsedad. La Transición no fue modélica como tampoco lo fue la democracia que estableció. Fue un proceso realizado bajo el dominio de las fuerzas conservadoras y por los aparatos heredados del régimen anterior, liderados por la monarquía, y claramente enquistados en el Estado español. No fue una Transición pactada entre iguales: antes al contrario. Las izquierdas acababan de salir de la cárcel o de la clandestinidad y del exilio.

Su peso procedía de las enormes movilizaciones de la clase trabajadora y otros elementos de las clases populares que presionaron para que terminara aquel régimen. De ahí que, aun cuando el dictador murió en la cama, la dictadura muriera en la calle. No obstante, las izquierdas no tenían el poder ni para romper con aquel Estado ni para negociar en bases de igualdad, dando lugar al enorme sesgo conservador que existe, no sólo en las estructuras del Estado, sino también en las instituciones financieras, económicas, culturales y mediáticas del país. Es este poder el que explica las enormes insuficiencias del Estado del bienestar español, que 33 años después de terminar la dictadura todavía tiene el gasto público social más bajo de la UE-15. La democracia incompleta ha conducido a un bienestar claramente insuficiente.

No hay un indicador mejor de lo inmodélica que fue la Transición y de las enormes limitaciones que tiene la democracia española que lo que ocurrirá esta próxima semana. El Tribunal Supremo juzgará al único juez que se ha atrevido a exigir al Estado que encuentre a los desaparecidos durante la brutal represión de los golpistas sublevados contra las fuerzas democráticas, honrándolos, a la vez que denunciando a los responsables. Esta situación cubre de vergüenza a toda España.

¿Cómo puede España presentarse como una sociedad democrática cuando ocurre este hecho que culmina un proceso que reproduce una de las mayores injusticias que ha ocurrido en el siglo XX en Europa? España es el país donde ha habido un número mayor de desaparecidos por causas políticas en Europa sin que se haya hecho nada sobre ello. Y cuando se quiere hacer algo, el Estado (nada menos que el Tribunal Supremo) quiere cerrar el caso y castigar al juez que osó mirar bajo la alfombra e intentar hacer algo de limpieza, reconociendo además a aquellos que fueron asesinados por su compromiso con la democracia. La comparación de lo que está ocurriendo en España con lo sucedido en otros países que sufrieron dictaduras fascistas o fascistoides semejantes es un indicador más del enorme subdesarrollo democrático de este país. En ningún otro país ha habido la ocultación de esta enorme represión, dejando indefensos a las víctimas y a sus familias, que no pueden ni siquiera honrar a sus muertos (que son los muertos de todos los demócratas) por no saber dónde se encuentran. El contraste entre el comportamiento del Estado español hacia las víctimas del terrorismo de ETA y el de las víctimas de las fuerzas golpistas y del Estado terrorista es bochornoso (no hay otra manera de definirlo).

Esta situación es indignante y vergonzosa. El Tribunal Supremo no es consciente del enorme desprestigio que el enjuiciamiento de Garzón por el caso de los desaparecidos significa para la Justicia española y para el Estado español. En el programa de humor de mayor audiencia en Estados Unidos se señalaba que, en la misma manera que Bolivia, sin mar, tiene Ministerio de Marina, España tenía Ministerio de Justicia. ¿No se dan cuenta de la vergüenza que están originando los miembros del Tribunal Supremo con su comportamiento, en el ámbito internacional? Por mera coherencia democrática debería haber manifestaciones a lo largo del territorio español en protesta por el insulto que el enjuiciamiento de Garzón supone a todas las fuerzas democráticas de España y del mundo.

3 comentarios

kike pérez -

Hola Compeñero
Tras escribirte esta terde desde mi e-mail, ahora he pasado a revisar tu blog. Me guasta el look. Espero que te sirva para completar tu vida en Toronto.
Un abrazo amigo.

Respecto a la situación actual en España, pues ni unos ni otros ayudan..ya te contare en un privado

Juan -

Hola Pili, llevaba ya cuatro años con el mismo diseño y cada vez que lo veía me entraba sopor. A vida nueva, nuevo blog. Voy a empezar a trabajar en firme en el blog una vez que más o menos tengo claro cómo orientarlo. Espero que sea en breve.

Sobre la Transición, probablemente fue lo único que se pudo hacer entonces. Pero como decía el inolvidable Manolo Benito, no fue una transición tal sino más bien la invitación de los que llevaban en el carro 40 años a que se subieran los que habían estado represaliados en ese tiempo. Pero fue un proceso liderado, dirigido y coartado por las élites franquistas, que no renunciaron a nada. Se hicieron demócratas de la noche a la mañana para continuar con la mamandurria.
Pero 37 años después aquella arquitectura de la nueva España levantada por las urgencias y los miedos ya está caduca y es tiempo, creo yo, de reconstruir esa arquitectura de acuerdo a la España de 2012, que en nada se parece a la de 1975.

Besos desde la lluviosa Toronto.

Pilar Amparo Ortega Gómez -

¡Vaya cambio de Look!
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Ahora solo hace falta que te sueltes y comiences tú a escribir lo que te pasa por la cabeza ¿o es que con el frío se congelan las neuronas?
Cuentanos alguna anetdota de como nos ven a los españoles allá en Canadá ¿o es qué tampoco saben donde está España como los de EEUU?

Bueno, el árticulos muy bien, a mí nunca me pareció ejemplar (pero también habría que haber estado allí para ver lo que se coció)
Visto de lejos todo parece fácil
Pero nos queda mucho camino democrático que andar y con el PP, puede, que volvamos para atrás
De momento ya piensan en poner una calle a Fraga y se han cargado todo lo que avanzó (que tampoco fue gran cosa) la ley de memoria histórica...
Y Garzón en los tribunales y no paran de decir "la ley tiene que ser igual para todos"... pero ¿a quién pretenden engañar?
Nunca, la ley ha sido igual para todos... El delincuente condenado y confeso recién salido de prisión se forra con un libro y conferencias que pagamos entre todos
Es lamentable
Pero, al menos podemos decirlo
Besos desde la cálida Jaca
(y es que, el cambio climático no perdona a ningún lugar)
Pili Amparo