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Juan Gavasa

Casa Blasquico

Casa Blasquico

Gaby Coarasa trasciende a su restaurante. Ella es quien le dotó de personalidad propia, quien puso el sello inconfundible en su decoración y quien se encargó hace ya casi medio siglo de proponer una gastronomía del país sin complejos ni formalismos.

Casa Blasquico de Echo es el nombre de la casa pero Gaby el alma, una arrebatadora personalidad que encarna algunas de las esencias de la cultura pirenaica. Siempre fue la mujer la que se ocupó de los fogones y ella mantiene ese compromiso, aunque la responsabilidad última recae ahora en su sobrino Pepo Mateo.

            De Casa Blasquico ya se sabe que sus limitaciones son su verdadera virtud. Seis únicas mesas que convierten cada comida en un auténtico privilegio. Decoración rebosante de recuerdos personales, premios y cuadros que se agolpan por las paredes y que resumen más de 65 años de vida en una casa en la que ya daban comidas en la postguerra Guadalupe y Victoria, la madre y la tía de Gaby.

            Su cocina es famosa por la conjugación de tradición y vanguardia; verduras rellenas, cordero asado, migas, raviolis de boletus en caldo de pularda... Casa Blasquico es inconfundible. Su fachada es un mosaico de flores; no hay otra igual en Echo.

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