50 años de Kind of blue
Hoy se cumplen 50 años de la publicación de "Kind of blue", uno de los discos más grandiosos de la historia del jazz. He recuperado el post que publiqué hace ahora un año sobre la obra del genial Miles Davis. No se me ocurre nada mejor para conmemorar este hito fundamental de la historia de la música contemporánea.
Hay días en los que acuesto a mi hijo con "Blue in Green" de fondo. He comprobado que la trompeta con sordina de Miles es una dulce nana en los oidos de mi pequeño de casi dos años. Hay días en los que el sueño se hace fuerte y sólo claudica cuando irrumpe "Flamenco Sketchs". Hay días incluso en los que mi pequeño cierra los ojos con la primera; con "So What". Hay días en los que esa maravilla que se llama "Kind of blue" acaricia nuestra piel y juguetea por todos los rincones de la casa, buscando recovecos perdidos a los que asirse para no desprenderse nunca jamás. Hay días en los que Miles parece que está junto a nosotros, tocando suave y despacito mientras le leo a Ethan su último cuento. Hay días en que levanto la cabeza y le veo junto a la cuna, pero siempre le veo con el rostro juvenil que tenía en 1959, cuando se reunió con Wynton Kelly, Bill Evans, John Coltrane, James Cobb, Paul Chambers y Julian "Cannonball" Adderly para grabar el momento culminante de inspiración de la historia del jazz. Hay días que me emociono escuchando una vez más "Kind of blue".
Perfecto para quedarse atrapado en los acordes melancólicos de un disco irrepetible, fundamental para entender muchas de las cosas que han ocurrido en la música en las últimas décadas. Además hay una coincidencia que yo no puedo pasar por alto; "Kind of blue" vio la luz un 17 de agosto de 1959 y yo nací un 17 de agosto de 1971. ¿No creeis que es maravilloso? Anécdotas a parte, el album es la obra maestra de Miles Davis; un trabajo del que se han escrito tantas cosas y todas tan condescendientes que abruma la unanimidad que genera. Uno de esos pocos discos que, como escribía hoy Antonio Muñoz Molina en Babelia, "por más que se escuchen siempre quedan por encima de su propia leyenda".
El album se grabó en dos únicas sesiones, lo que explica el momento irrepetible de inspiración y confirma la mayor concentración de talento por metro cuadrado jamás vista. Incluso el gran John Coltrane aceptó asumir un papel de subalterno en la grabación para que no quedara duda de la propiedad de los galones. De "Kind of blue" se han dicho muchas cosas pero quizá la más certera es que su publicación cambió el rumbo del jazz y rompió el colapso en el que estaba sumido desde que el be bop lastrara la creatividad de los músicos solistas. Miles Davis, que probablemente no ha sido el mejor músico de jazz de la historia pero sí el más visionario e innovador, inventó junto a Bill Evans -a partir de esquemas copiados de la música clásica- el jazz modal, un nuevo marco compositivo que permitía mayor libertad de movimientos a los músicos en sus ejercicios de improvisación. En la práctica consistía en tocar un único acorde en todo el tema y los músicos solistas improvisaban sobre él. Un brusco cambio respecto a los esquemas anteriores, en los que las progesiones y los férreos cambios de acordes apenas dejaban espacio para el lucimiento de los artistas.
"Kind of blue" es el resultado primoroso de esa experimentación, un ejemplo notorio de que la sencillez sonora no está reñida en absoluto con la calidad. Un mar de sonidos relajantes y estimulantes que parecen suspendidos en la atmósfera. Jimmy Cobb, el único superviviente de aquella grabación, dijo una vez: "¿Cómo iba a sonar mal con los músicos que había?". Aslhey Kahn, autor del libro "Miles Davis Kind of Blue. La creación de una obra maestra", lo resumió con claridad: "hay melancolía en su sugestión de lo efímero, serenidad en su profunda reserva y simplicidad". Pero creo que realmente lo que ocurrió es que aquellos músicos formidables e irrepetibles tocaron como le gustaba a Miles: "cuando toca, lo hace como si no tuviera que volver a tocar esto nunca jamás". Ha pasado medio siglo desde aquella grabación y lo que ocurrió con Kind of Blue" marcó definitivamente a numerosas generaciones de músicos de otros estilos como el rock o el pop. Todos asimilaron los modos y ahora forman parte de la música que escuchamos sin saber que proceden de un disco de jazz. Cuando a Donald Fagen le preguntaron si le gustaba "Kind of blue" respondió: "es la Biblia, hombre. La Biblia con mayúsculas".
4 comentarios
Juan -
Emilio -
http://www.youtube.com/watch?v=CR6t47pV8Qc
Un video del Wooten. El tío parece que toque una guitarra española en vez de un bajo.
Saludos
Juan -
Pili Amparo -