Renau en Zaragoza
"Josep Renau, como artista, fue ’enterrado’ dos veces. Primero por el franquismo, que lo condenó al olvido por razones obvias. Luego, en la Transición, se le organizó una gran muestra cuando regresó de su exilio en México y en la República Democrática Alemana. Pero Renau era un artista militante y acabó convirtiéndose en un personaje hasta cierto punto molesto: pasó a ser una figura muy secundaria. Fue ’enterrado’ otra vez". Con estas palabras explica el historiador del arte Jaime Brihuega el propósito que le ha animado durante la preparación de la exposición ’Josep Renau (1907-1982): compromiso y cultura’. La muestra, inaugurada ayer (miércoles 15 de octubre) en el Paraninfo, cierra en Zaragoza su itinerancia por España (Valencia, Madrid, Sevilla y Las Palmas), y se prepara para viajar por el mundo: se expondrá en México, Cuba y Alemania.
Renau fue una de las figuras clave en el panorama cultural de la España de principios del siglo XX: cartelista, pionero del fotomontaje artístico y del aerógrafo, dibujante, diseñador, ilustrador, muralista, pintor... fue, además, activista político y motor cultural: fue director general de Bellas Artes durante la Segunda República y cerebro del pabellón español en la Exposición Internacional de París de 1937, la que mostró al mundo el ’Guernica’. En él, arte y compromiso político estaban ineludiblemente unidos.
"Era un artista militante -subraya Brihuega-. Además de ser un hombre con una capacidad plástica sobrecogedora por su versatilidad, lo que destaca en él es que metió el dedo en las llagas más sangrantes de la sociedad de nuestro tiempo. No dudó en denunciar la hipocresía social, la injusticia, la opresión... Y los temas que tocó siguen siendo actuales".
La exposición está integrada por 250 piezas, que incluyen collages, fotomontajes, ilustraciones, bocetos, carteles, pinturas y publicaciones. En su mayor parte provienen de los fondos de la fundación Josep Renau, aunque también han sido aportados por casi una veintena de archivos públicos y coleccionistas privados.
Se articula en cuatro secciones, que siguen el curso cronológico de su vida y los principales acontecimientos que la marcaron: la República, la Guerra Civil, el exilio en México y sus años en la antigua República Democrática Alemana. Se muestran carteles de sus primeros tiempos, como ’Las Arenas’, en los que confluyen modernidad y art decó; y obras maestras del cartelismo político, como su famoso ’El comisario, nervio de nuestro ejército popular’, ’Hoy más que nunca, victoria’, o los fotomontajes constructivistas ’Los trece puntos de Negrín’, de los que solo se conservan fotografías antiguas.
De su etapa mexicana destacan los bocetos para su obra mural ’España hacia América’. Fue en este país americano donde inició su serie de fotomontajes más conocida, ’American Way of Life’, en la que criticó con ferocidad el capitalismo y que ocupa un espacio propio dentro de la exposición. Su actividad muralista protagoniza también el apartado dedicado a su etapa en Alemania.
Artículo de Mariano García en el Heraldo.
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